sábado, 19 de septiembre de 2009

Darle de comer a los sentidos

Aprendí con el paso de los años, que esta época del año iba a ser siempre muy importante y hasta hoy la más esperada por mí…

Se viene la primavera y con ella algo que no es posible no festejar… el día del estudiante. La posibilidad de homenajear, de disfrutar y de hacer sentir la juventud…

Gloriosa juventud, quien no quiere formar parte eternamente de ella?

Muchas discutí con mis compañeros de facultad sobre cómo no festejaban este acontecimiento para mí tan trascendente, somos estudiantes somos jóvenes!!

Tal vez muchos me entiendan y otros tantos no.

En mi caso me enseñaron a festejarlo y mucho…

Comenzaban los preparativos con el calendario colgado en el salón de la escuela donde tachábamos los interminables días de septiembre.

Un bolso de ropa pequeño, un casa alquilada durante una semana entre amigos, algo de comida y accesorios imprescindibles para unos días de festejo.

Claromecó se colmaba de personas con un mismo objetivo: el disfrute, el disfrute con los pares, sin padres y con la sola consigna de festejar, reír y pasarla muy bien.

Cuentos???… millones…

Hace 10 años, un día como hoy, estaba ahí, en ese pueblo con la sola idea de festejar con mis amigas de la escuela la posibilidad de estar juntas y compartirlo.

Fue nuestra inauguración primaveral de adolescentes. Parecíamos un grupo de animalitos que habían estado años encerrados y ahora los liberaban. Salimos y disfrutamos cada hora del día y la noche. No existía el descanso, no se dormía solo se planeaban constantes programas de playa, alcohol y noche… inolvidable semana la que pasamos juntas.

Esto se lo dedico a ellas y al recuerdo que quedo de esa primavera, que me quedo a mí de esa primavera. Fue increíble. Gracias por tanta ingenuidad, que poco a poco se fue perdiendo…

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